Esta es la historia de dos piedras del camino, que por esas cosas de la vida por un tiempo estuvieron separadas. Pero al fin, la casualidad las volvió a juntar.
Juraron no volver a hacer caso de las intrigas y de los chismes. Juraron volver a ser el sostén de las ruedas de las carretas y el pedestal donde deje su huella el errante peregrino.
Su destino no es llegar a ningún lado, ellas son simplemente parte del sendero.
Un buen día un geólogo tomó las dos piedras del sendero y se dijo: -Esta raro esto, a pesar de ser de composición química tan diferente, y de tener distinta forma, tienen una gran similitud.
El geólogo no alcanzó a ver que las unía el oficio; pues las dos hacían camino.
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